Apreciación aberrante del sexo

El sexo es una necesidad fisiológica de todos los seres vivos. Esta aparece en los inicios de la adolescencia o finales de la niñez. Es una sensación desesperante, ya que no se puede complacer en el momento en que se requiere. ¿Por qué el sexo es un acto tan requerido?

El sexo es una aberración desde que se manifiesta en la mente del hombre. Acto seguido, la sodomización de la mujer en la mente. Luego, la búsqueda del placer en diversos lugares. Estos pueden ser discotecas, bares, burdeles. Más adelante, la humillación frente a la mujer con el acto de cortejo. Finalmente, se verá si la acción de cortejo satisface el real objetivo de todo: llevar a la mujer a un hostal o a una casa para acostarse con ella toda la noche. La cuestión es simple, el sexo lleva al hombre a hacer actos increíbles para satisfacer una necesidad que nunca pidió tener que satisfacer.
Detesto el sexo. Detesto tener relaciones sexuales. Detesto la necesidad de hacerlo cada vez que se me viene a la mente. Sobre todo, detesto no poder hacerlo siempre que quiero. Detesto esperar meses a que se presente una oportunidad. Detesto que las mujeres, al tener las mismas necesidades que los hombres, se hagan las disforzadas. Detesto a las personas que tienen sexo todos los días. Detesto a los actores porno, ya que ridiculizan el acto sexual y lo vuelven más aberrante de lo que ya es. Detesto las posiciones del kamasutra, ya que siempre dejan a la mujer como un objeto de fácil maniobra, lo cual es mentira. Detesto a las prostitutas, ya que satisfacen su necesidad cuando quieren e, incluso, se les paga por hacerlo.
El sexo sigue siendo aberrante cuando está por concluir. La mujer grita desesperadamente por más, y el hombre ya no puede darlo y termina explotando y derramando vida sobre látex o sobre la cavidad vaginal. ¿Todo por esto? ¿Todo para no sentir nada luego de haberlo hecho? Este se convierte en el objetivo de todo fin de semana. Es por esto que las chicas son sacadas a bailar. Es por esto que las chicas son invitadas a salir. Es por esto que se vende licor. Es por este que existen bares y discotecas. Es por esto que la iglesia católica dijo que María Magdalena era una prostituta. Lo dijo por el simple hecho de haber satisfecho el apetito sexual de un hombre como todos, llamado Jesús.
Y por si fuera poco de aberraciones, también existe lo aberrante dentro de lo aberrante. Como por ejemplo la violación, la pedofilia, la zoofilia, la necrofilia. Todas las anteriores practicadas por sacerdotes cristianos, ya que deben esconder esa necesidad para no sufrir el grave castigo de Iahvé en el juicio final. Y porque el sexo es el sinónimo de demonio y todo lo demoniaco está mal y es pagado con el fuego eterno del infierno.
La ley del celibato es una aberración. Pudrirse en un cuarto solo, frío y vacío con la necesidad de sexar y ser sexado es una aberración desde donde se le mire. La masturbación no puede comparársele a tener relaciones, ya que una mano nunca será el cuerpo de una mujer y mucho menos, su suave y adictiva vagina.
Las relaciones sexuales entre hombres contra natura son aberrantes. Un hombre siendo sodomizado por otro no es más que el fin de la historia del sexo. No hay nada más grotesco. No hay nada más asqueroso. No hay nada más digno de repulsión y vomitivo como dos hombres copulando. ¿Si esto no es una aberración, qué es?
Finalmente, todo lo relacionado al sexo es aberrante. Y nosotros, al ser seres aberrantes, somos dignos de participar de tan aberrante acto. Ser aberrados por nuestra pareja. Aberrar a nuestra pareja. Volver nuestra copulación en un acto que se siente bien cuando es necesario, pero que se siente aberrante cuando no lo es.

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